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Teresa de calcuta madre del infierno

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Angel del Infierno



LA MADRE TERESA DE CALCUTA



El solo nombre de la Madre Teresa de Calcuta, nacida en Skopje (Yugoslavia) de origen albanés como Agnes Gonxha Bojaxhiu (1910-1997), es desde hace mucho tiempo sinónimo de la compasión por los más pobres entre los pobres. En 1950, la Madre Teresa creó la congregación de las Misioneras de la Caridad. En 1975 recibió la Medalla Ceres de la FAO (Organización de la Agricultura y la Salud de la ONU), y en 1979 el Premio Nobel de la Paz. Después de su muerte, entró en la vía rápida hacia la beatificación gracias a las gestiones del Papa Juan Pablo II. Sin embargo, no es bondad todo lo que reluce.

En 1995, el periodista británico Christopher Hitchens produjo un documental sobre a Madre Teresa que él quiso titular Sacred Cow (Vaca Sagrada), pero salió al aire como Hells Angel (se trata de un juego de palabras: Hell Angels o Ángeles del Infierno es el nombre de una legendaria pandilla de motorizados; Hells Angel significa El Ángel del Infierno). Ese mismo año, Hitchens publicó el libro The Missionary Position: Mother Teresa in Theory and Practice (Verso, 1995). Sus investigaciones mostraron una realidad muy distinta a la imagen idílica de la Madre Teresa y su orden.

Una entrevista a Hitchens apareció en Free Inquiry (16:4, Otoño de 1996). Debido a su longitud, a continuación se sintetizan los aspectos más relevantes. Más abajo aparece la traducción de un artículo de Susan Shields, ex-monja de las Misioneras de la Caridad, quien habla de sus ideales y su desengaño.

Puntos más importantes de la entrevista a Christopher Hitchens, autor de The Missionary Position: Mother Teresa in Theory and Practice Tomado de Free Inquiry (16:4), Otoño de 1996 (publicación del Council for Secular Humanism, New York) -

Hitchens afirma que los recursos amasados por las Misioneras de la Caridad son gigantescos, pero nunca han sido auditados. Sus cuentas bancarias están todas fuera de la India, pues las leyes de ese país exigen información sobre los fondos de las organizaciones misioneras extranjeras. Tan sólo en una de estas cuentas habría más de 50 millones de dólares. - Sin embargo, estos fondos no tienen efecto alguno en la atención a los pobres entre los pobres.

El propósito fundamental de este dinero, proveniente de donaciones, es incrementar el tamaño y poder dogmático de la orden en el mundo: tiene conventos en 120 países. - La Madre Teresa aceptó más de un millón de dólares donados por el estafador de la entidad Lincoln Savings and Loans, conociendo perfectamente su origen fraudulento. - Las condiciones en los hogares de la orden son extremadamente primitivas. No se permite aliviar el dolor, ya que el sufrimiento de los pobres es bueno a los ojos de Dios. Aunque los pacientes van en busca de alivio, la Madre Teresa nunca proclamó que el objetivo fuese curar.

Sin embargo, ella y sus sucesoras siempre han estado conscientes de que casi todas las donaciones que reciben están motivadas por esa falsa impresión. El propósito de los hospicios de las Misioneras de la Caridad es ayudar a bien morir: se busca activamente la autorización de los agonizantes para bautizarlos. - A pesar de que Dios ve con buenos ojos el sufrimiento, la Madre Teresa siempre se atendió en los mejores hospitales de tipo occidental y recibió los tratamientos (y anestesias) más modernos.

La Madre Teresa apoyó a la familia del dictador Duvalier de Haití, cuando visitó ese país; afirmó que los Duvalier amaban a los pobres. También alabó al tirano comunista de Albania, Enver Hoxha. En palabras de Hitchens, prefería lamer los pies de los ricos en lugar de lavar los pies de los pobres.

La Madre Teresa trabajó incansablemente para propagar las versiones más extremas del conservadorismo católico.

Intervino en el referendo sobre el divorcio en Irlanda para que este no fuese permitido... Pero aprobó el divorcio de la princesa Diana de Gales, con quien se encontró varias veces (declaró a la revista Ladies Home Journal que así iba a ser más feliz). Según Hitchens, si una mujer quiere divorciarse de un alcohólico que abusa sexualmente de sus propios hijos, no hay perdón en esta vida ni en la otra. Pero una princesa está por encima de todo esto.

Los puntos de vista de la Madre Teresa, típicos del siglo IX (nueve), la convirtieron en una figura incómoda para el Vaticano; pero fue rápidamente adoptada como poster girl (palabras de Hitchens) cuando se hizo popular durante los años 70. A pesar de esto, ella se opuso durante toda su vida a la reconsideración de la doctrina católica emanada del Concilio Vaticano II (1962-65).

En Calcuta deploran la imagen de su ciudad proyectada por la orden de la Madre Teresa. Si bien existe mucha pobreza, como en todo el mundo subdesarrollado, se trata de una metrópoli dinámica y cosmopolita, con una activa vida económica y cultural.

Cuando el documental Hells Angel se trasmitió en el Reino Unido muchas personas llamaron para protestar, empleando casi siempre los mismos argumentos e incluso las mismas palabras, lo que hizo evidente que se trataba de una campaña bien orquestada. Sin embargo, un número récord de personas llamó para alabar el programa.

Ninguno de los que atacaron el documental, incluyendo críticos de prensa, se refirió a lo fidedigno de su contenido. En otras palabras, lo que se reprochaba a Hitchens no era la realidad de lo señalado en el programa, sino el hecho mismo de atreverse a demoler un mito muy estimado. Incluso personas no afectas a la religión adoptaron esta postura. - Hells Angel jamás ha sido proyectado en los Estados Unidos. Ningún canal se atreve a hacerlo.

La casa de ilusiones de la Madre Teresa Por Susan Shields Traducido de Free Inquiry (18:1), Invierno 1997-98 (publicación del Council for Secular Humanism, New York) Algunos años después de que me convertí en católica, me uní a la congregación de la Madre Teresa, las Misioneras de la Caridad. Fui una de sus hermanas durante nueve años y medio, viviendo en el Bronx (Nueva York), Roma y San Francisco, hasta que me desilusioné y me retiré en mayo de 1989. Mientras me reintegraba al mundo, comencé a desenredar lentamente la maraña de mentiras en la que había vivido. Me preguntaba cómo las podía haber creído durante tanto tiempo.

Tres de las enseñanzas de la Madre Teresa que son fundamentales para su congregación religiosa son igual de peligrosas, por ser creídas tan sinceramente por sus hermanas.

La más básica es la creencia de que mientras una hermana obedece, está cumpliendo la voluntad de Dios.

Otra es que las hermanas tienen alguna ventaja frente a Dios por haber escogido sufrir. Su sufrimiento hace a Dios muy feliz; entonces, Él dispensa más gracias a la Humanidad.

La tercera es el credo de que cualquier atadura a los seres humanos, incluso a los pobres que están siendo servidos, supuestamente interfiere con el amor a Dios y debe ser activamente evitada o inmediatamente extirpada. Los esfuerzos para prevenir todo vínculo producen un continuo caos y confusión, movimiento y cambio en la congregación.

La Madre Teresa no inventó esas creencias estas prevalecían en las órdenes religiosas antes del Concilio Vaticano II, pero ella hizo todo lo que cabía en su poder (el cual era inmenso) para aplicarlas.

Una vez que una hermana acepta estas falacias, será capaz de hacer casi cualquier cosa.

Permitirá que su salud se destruya, descuidará a aquellos a quienes ha jurado servir, y sofocará sus sentimientos y pensamientos independientes. Podrá hacerse de la vista gorda al sufrimiento, dar información sobre sus compañeras, decir mentiras con facilidad, e ignorar las leyes y regulaciones públicas.

Mujeres de muchos países se unieron a la Madre Teresa con la expectativa de que podrían ayudar a los pobres y acercarse más a Dios. Cuando me fui había más de 3.000 hermanas en aproximadamente 400 hogares regados por todo el mundo. Muchas de esas hermanas, que confiaban en la guía de la Madre Teresa, se han convertido en personas destruidas. Ante la abrumadora evidencia, algunas han admitido finalmente que su confianza ha sido traicionada, que Dios no podría dar las órdenes que reciben. La decisión de irse es difícil para ellassu autoconfianza ha sido abatida, y no tienen educación más allá de la que trajeron cuando se unieron al grupo. Yo fui una de las afortunadas que reunieron suficiente coraje para marcharse.

Es con la esperanza de que otras vean la falsedad de su presunto camino a la santidad que cuento algo de lo que sé. Aunque hay relativamente pocas personas tentadas a ingresar en la hermandad de la Madre Teresa, hay muchos que han apoyado generosamente su trabajo porque no están al tanto de cómo sus torcidas premisas ahogan los esfuerzos por aliviar la miseria. Inadvertidos de que muchas de las donaciones permanecen sin uso en cuentas bancarias, ellos también son defraudados al pensar que están ayudando a los pobres. Como Misionera de la Caridad se me asignó registrar las donaciones y escribir las respectivas cartas de agradecimiento. El dinero llegaba a una velocidad frenética. Usualmente, el correo traía las cartas en sacos. Con regularidad extendíamos recibos por cheques de 50.000 dólares y más. Algunas veces un donante llamaba para preguntar si habíamos recibido su cheque, esperando que lo recordáramos fácilmente a causa de su elevado monto. ¿Cómo decirle que no podíamos recordarlo, porque habíamos recibido tantos que eran aún más grandes? Cuando la Madre Teresa hablaba públicamente nunca pedía dinero, pero ella alentaba a la gente a hacer sacrificios por los pobres, dar hasta que doliera.

Muchos lo hicieron y se lo dieron a ella. Recibimos cartas conmovedoras de personas, aparentemente pobres ellas mismas, que estaban haciendo sacrificios por enviarnos un poco de dinero para la gente que pasaba hambruna en África, las víctimas de las inundaciones en Bangladesh, o los niños pobres de la India. Casi todo ese dinero se quedó en nuestras cuentas bancarias. El aluvión de donaciones se consideraba una señal de la aprobación de Dios hacia la congregación de la Madre Teresa. Nuestros superiores nos decían que recibíamos más dádivas que otros grupos religiosos porque Dios estaba complacido con la Madre, y porque las Misioneras de la Caridad eran las hermanas más fieles al verdadero espíritu de la vida religiosa. La mayoría de las hermanas no tenía idea de cuánto dinero estaba amasando la congregación. Después de todo, se nos decía que no debíamos guardar nada. Un verano, las hermanas que vivían en las afueras de Roma recibieron más cajas de tomates de lo que podían distribuir. Ninguno de sus vecinos los querían, porque la cosecha había sido muy abundante ese año. Las hermanas decidieron enlatar los tomates en lugar de dejarlos pudrir, pero cuando la Madre se enteró de lo que habían hecho se disgustó mucho. Almacenar cosas mostraba falta de confianza en la Divina Providencia. Las donaciones llegaban y eran depositadas en el banco, pero no tenían efecto alguno en nuestras ascéticas vidas y muy poco efecto en las vidas de los pobres a quienes tratábamos de ayudar. Vivíamos existencias simples, desprovistas de todo lo superfluo. Teníamos tres juegos de vestidos, que remendábamos hasta que el material estaba demasiado dañado para colocarle más parches. Lavábamos la ropa a mano. También las interminables pilas de sábanas y paños de nuestro refugio nocturno para la gente sin hogar. Nuestro aseo se hacía con un solo cubo de agua. Los chequeos médicos y dentales eran considerados un lujo innecesario. A la Madre le preocupaba mucho que preserváramos nuestro espíritu de pobreza. Gastar dinero habría destruido esa pobreza. Ella parecía obsesionada con el hecho de usar sólo los medios más simples para nuestro trabajo. ¿Iba esto en el mejor interés de la gente a la que estábamos tratando de ayudar, o estábamos de hecho utilizándolos a ellos como una herramienta para elevar nuestra propia santidad?

En Haití, con el fin de mantener el espíritu de pobreza, las hermanas reutilizaban las agujas hipodérmicas hasta que se volvían romas. Viendo el dolor que causaban estas agujas gastadas algunos de los voluntarios ofrecieron conseguir otras nuevas, pero las hermanas se negaron. Mendigábamos comida y suministros a los comerciantes locales como si no tuviésemos recursos. En una de las raras ocasiones en que se nos acabó el pan donado, fuimos a mendigar a la panadería local. Cuando la solicitud fue negada, nuestra superiora resolvió que el dispensario podría funcionar sin pan por ese día. No era sólo a los comerciantes a quienes se ofrecía la oportunidad de ser generosos. A las aerolíneas se les solicitaba que trasladaran hermanas y carga sin costo. Se esperaba que hospitales y doctores absorbieran el importe de los tratamientos médicos de las hermanas, o que los cubrieran con fondos dispuestos para instituciones religiosas. Se inducía a los trabajadores a laborar sin pago o con tarifas reducidas. Dependíamos fuertemente de voluntarios que se afanaban largas horas en nuestros comedores, refugios y campamentos. Un granjero que trabajaba muy duro dedicó muchas de sus horas de vigilia a colectar y distribuir alimentos para nuestros comedores y refugios. Si yo no vengo, ¿qué comerán ustedes?, preguntaba. Nuestra ordenanza nos prohibía pedir más de lo que necesitábamos, pero cuando se trataba de pedir, los millones de dólares que se acumulaban en el banco eran tratados como si no existieran. Durante años tuve que escribir miles de cartas a donantes, diciéndoles que toda su dádiva sería empleada para llevar el compasivo amor de Dios a los más pobres entre los pobres. Fui capaz de mantener a raya las quejas de mi conciencia porque se nos enseñó que el Espíritu Santo estaba guiando a la Madre. Dudar de ella era un signo de falta de confianza y, aún peor, nos hacía culpables del pecado de orgullo. Guardé mis objeciones y esperaba que algún día entendería por qué la Madre quería amontonar tanto dinero, cuando ella misma nos había enseñado que incluso guardar salsa de tomate mostraba falta de fe en la Divina Providencia.

(Traducción: Sami Rozenbaum)

Analogías entre el cristianismo y las religiones mistéricas. Reflexiones de Semana Santa

Analogías entre el cristianismo y las religiones mistéricas. Reflexiones de Semana Santa


A nadie se le escapa la enorme similitud entre distintas religiones separadas en el tiempo y el espacio. El caso de las religiones americanas precolombinas quiebra la idea del “contagio cultural” o del sincretismo religioso. Todas las mitologías de las grandes civilizaciones agrícolas se han construido en torno al mito-base, el Mito Ctónico-Solar. Cielo, Tierra, Fuego, Sol y Luna los encontramos ineludiblemente como elementos deificados de casi todas las grandes teogonías orientales y precolombinas. Sin embargo, por estos foros se percibe mucha arrogancia, la de quienes cierran los ojos a la simple evidencia y se niegan en redondo a reconocer que su propia teología ha sido construida y fraguada con los mismos materiales de las restantes.

Ciertas corrientes de índole ecumenista quieren percibir en este fenómeno una revelación divina de sus misterios a todos los pueblos de la Tierra que, con los medios culturales a su alcance, han percibido estas básicas “verdades”, aunque – como no podía ser de otro modo – solo un pueblo es el que ha captado adecuadamente el mensaje y revelación divina, el hebreo primero y los miembros de las sectas cristianas después. Este argumento es una pura perogruyada, aparte de los prejuicios culturales que lleva implícitos. Sin duda, los fenómenos meteorológicos, los ciclos solares y climáticos son idénticos en las franjas templadas del planeta. Aquellas formaciones sociales que han adquirido un determinado nivel de desarrollo económico en torno a la agricultura y la ganadería han comprendido la importancia y relevancia cotidiana de los ciclos solares y lunares, de los procesos y cambios estacionales, de la observación de los astros y planetas, de la fertilidad de la tierra, del invierno que antecede a la primavera, etc. Pero el único modo de representarse ese elenco de fenómenos era el mitológico.

La Rama Dorada de Frazer tiene un valor de descripción comparada inmenso. Otro libro de Pierre Sainttves, “Las Madres Vírgenes y los Embarazos Milagrosos” nos da la clave del valor que atribuían los antiguos a la fecundidad y en este contexto el mito de la madre virgen que concibe al hijo de Dios, reproducido miles de veces en muy distintos contextos mitológicos, es el de la prueba de su filiación divina. Las estirpes de los emperadores chinos, considerados como hijos del cielo, se inician mediante la concepción virginal y divina de los fundadores de las dinastías. Por otro lado, el mito de Cristo se circunscribe en el mito del dios joven, del dios de la vegetación, sufriente y efímero, que muere para luego resucitar. Detengámonos a examinar los misterios básicos.

LA TRINIDAD. La única referencia trinitaria de los Evangelios la podemos encontrar en Mateo 28,19: “Id, pues, y haced discípulos míos en todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”. Tampoco es nada extraño si tenemos en cuenta que dicho Evangelio fue escrito aproximadamente sobre el año 90 en Egipto y que fueron las comunidades cristianas de Oriente las que lo impulsaron y defendieron de la mano de los primeros apologistas cristianos, fundamentalmente, de Tertuliano quienes difundieron e impulsaron definitivamente el dogma de la Santísima Trinidad.

Pero como siempre, el cristianismo no ha aportado innovación religiosa original alguna. La religión cristiana nunca ha sido una religión monoteísta al modo de la judía o la islámica. Muy por el contrario, ha sido una de las religiones mas politeístas de la historia, ha preservado y conservado las divinidades locales bajo el manto de las advocaciones, ha impulsado por doquier el culto a los santos o dioses menores y en esta cuestión no iba a ser menos.

La estructura teológica trinitaria tiene la ventaja de reproducir los ciclos de la naturaleza mediante el mecanismo de la asociación de los elementos naturales como personificaciones divinas. La Tierra, los Celos, las Aguas, el Sol. la Luna, el Día, la Noche, la Lluvia, las Plantas, los Animales, el Viento, el Fuego... todos estos elementos, que tan directa incidencia tienen en la vida cotidiana, fueron divinizados, sometidos a la acción de distintos entes creadores.

Egipto, como venía diciendo, ha sido pródigo en la formulación de cosmogonías trinitarias. Desde la cosmogonía de la era menfita (3.000 a 1.500 a.c.) que Incluía al Ptah, Dios Padre y Creador del mundo por medio de su corazón y de su lengua, a Sekhmet, esposa de Ptah y a Nefertum, el hijo de ambos, hasta la tríada tebana del Imperio Medio, compuesta por Amón, su consorte Mut y du hijo Khons y, finalmente, la tríada osiríaca compuesta por Osiris, Isis (esposa) y Horus (Hijo), por no hablar de otras muchas mas tríadas como Geb, Nut y Neftis, Knef, Fre y Ftah, etc

Curiosamente, las cosmogonías egipcias son familiares y reproducen indefectiblemente el esquema padre-madre-hijo. La trinidad católica, por su parte, expulsa a la diosa madre de uno de los vértices trinitarios. Oficialmente, el culto católico a la diosa madre es subsidiario con respecto al que corresponde a las divinidades centrales aunque, no obstante, encuentra su espacio propio a la hora de integrarse en trinidades autónomas y subalternas, tal y como sucedería con “La Sagrada Familia”

LA DIOSA MADRE VIRGEN: Si ha habido una obsesión que siempre ha rondado a los pueblos antiguos, esta ha sido la de la fertilidad. Mientras la fecundidad ha sido siempre interpretada como una prueba de amistad de los dioses, su contrario, la esterilidad, ha provocado en los hombres mas bien un profundo espanto y consternación. Los pueblos mas antiguos acabaron atribuyendo a la fecundidad un valor mágico que podía inducirse mediante el contacto con ciertos objetos. En Asia Oriental fue común el culto a las piedras por sus propiedades fecundantes, entre las tribus tártaras, en la India y en América se atribuyeron esas mismas propiedades mágicas a las aguas. También se le han adjudicado atributos fertilizantes a las plantas, a las lluvias y a los vientos y, finalmente, a los rayos del sol. La mitología comparada se encuentra repleta de sucesos milagrosos acaecidos por la intervención de los distintos agentes de la naturaleza. El pensamiento analógico, propio de las comunidades primitivas, confirió propiedades fecundantes, también para las mujeres, a esos mismos agentes que hacían a la naturaleza fructífera, rica y copiosa.

La teogamia cristiana la podríamos inscribir en el grupo de las teogamias solares. La analogía de la que se vale la Iglesia Católica para explicar la fecundación de María la Virgen, “la sustancia divina penetró en ella del mismo modo que un rayo de luz atraviesa el cristal de un espejo”, es propiamente solar. Entre los antiguos hindúes, la novia debía mirar el sol en la ceremonia del matrimonio, y esta exposición a sus rayos se llamaba precisamente el rito de la concepción. El linaje de los antiguos emperadores chinos se remitía a la concepción virginal de sus antepasados, necesaria para serles atribuido el rango de hijos del cielo. Por otra parte, la virginidad de la madre del dios interviene en todos los sistemas mitológicos como la base misma en la que se funda la filiación divina de los dioses.. El “Lalita-Vistara” afirma, a propósito de Buda, que ninguna otra mujer , mas que una virgen, era digna de llevar al primero de los hombres (curiosamente fueron exactamente las mismas palabras que utilizaría San Jerónimo contra Helvidio en relación a la virginidad de María). Según esta leyenda, el Bodhisatva descendió de la magnífica morada del Torchita, conservando la memoria y la sabiduría, y penetró en el vientre de su madre por el costado derecho bajo la forma de un pequeño elefante blanco con seis colmillos y la cabeza de color cochinilla. Los lugares de la penetración de la sustancia divina fecundante así como de su nacimiento de las vírgenes madres de los dioses varían, evitándose la vía genital en cualquier caso: el gran Yu salió a través del pecho de su madre, Sié por la espalda y Heu-tsí por la vía normal, aunque permaneciendo esta cerrada. San Agustín, San Efrem, Agobardo y el breviario de los Maronitas sostenían que la Virgen María había concebido a través de una de sus orejas.

LAS CONMEMORACIONES DE LA PASIÓN (LA SEMANA SANTA): A que no sabías que la Semana Santa ya la celebraban, antes que los cristianos, los paganos de los primeros siglos de nuestra era? Tenían otro nombre, DENDROFORÍA, y la practicaban los devotos del culto frigio al dios Attis (Dios de la vegetación) y a la diosa Cibeles (“Magna Mater” . Las dendroforía tenían lugar durante el equinoccio de primavera, entre el 15 y el 28 de marzo. Durante esos días se celebraba el sacrificio, muerte y resurrección de Attis, un ciclo característico de las divinidades mistéricas orientales (egipcias, persas, sirias, frigias, etc) como Osiris, Mitra, etc.

El día equivalente al Domingo de Ramos se llamaba Canna intrat.. Se iniciaba con un desfile desde el Palatino de los componentes de las principales cofradías destinadas al culto del Dios Attis, los canéforos (portadores de cañas) y dendróforos (portadores de ramas) Representación de la Pasión entonando cánticos conmemorativos de la historia de Attis, cánticos que encendían los ánimos de los seguidores, lo que nos hace recordar nuestras famosas saetas.

El 16 Marzo tenían lugar las Nesteia, un día de abstinencia de pan y vino, de pescado y de carne de ave, acompañado de la meditación sobre el dolor de la Madre ¿no nos recuerda parecido al actual Viernes de Dolores?..

La procesión del 22 Marzo se llamaba Arbor intrat, consistía en una Procesión en la que se sacaba el Pino Sagrado (sustituido mas tarde por la Cruz, aunque la cruz es también un símbolo que significa larga vida, como la cruz egipcia,) adornado con cintas color magenta, violetas e imágenes de Cibeles y Atis.

Al día siguiente, el 23 Marzo se celebraba el Dies Maeroris, día de luto y duelo por la caída del Joven Attis, acompañado por alaridos y golpes de timbal.. Siguiendo la tradición de la Grecia Antigua, los Sacerdotes de Marte, los Salios, desfilaban al ritmo de sus trompetas sagradas y saltaban haciendo entrechocar sus escudos ceremoniales. ¿No nos recuerdan los Romanos de las procesiones? Seguida por una gran procesión de Coribantes.

El equivalente a nuestro Viernes Santo se celebraba el 24 Marzo y se llamaba Dies Sanguinis. El Archigalli (Sumo Sacerdote) danza frenéticamente en torno al Pino Sagrado y al ritmo de los címbalos se flagela con un látigo de cuero guarnecido con pequeños huesos hasta desgarrarse la piel. Los fieles lo imitan al ritmo de un son ensordecedor: se golpean el pecho con piñas, y como ofrenda derraman su sangre en el Árbol Sagrado emanada de los cortes que se infligen en brazos y manos. Los Galli o Coribantes aprovechan esta ocasión para tomar los votos, castrándose con piedras de pedernal y ofreciendo su sangre a la diosa Cibeles. Se conmemora la aflicción de Attis, esposo y a su vez hijo de Cibeles, que se emasculó en acto de sacrificio.

El Domingo de Resurrección se celebraba el 25 Marzo y se llamaba Hilaria, fiesta de regocijo y alegría en honor a Attis, muerto como hombre y renacido esplendorosamente en el tercer día como una mujer, nueva hija de la Divina Madre Cibeles.

El ciclo nacimiento-muerte-resurrección se ha cumplido. Las religiones orientales y mediterráneas celebran los ciclos de la vegetación y sus mitologías personifican la Tierra fértil en una diosa femenina (Cibeles, Astarté, Isis, La Virgen María...) Y la vegetación en el hijo y a su vez el amante de esa Diosa (Attis, Osiris, Mitra, ). Los dioses paganos son necesariamente dioses incestuosos al recoger esa doble relación Tierra-Vegetación donde esta es agente fecundante y a su vez agente fecundado. El cristianismo intenta a toda costa sortear ese incesto acudiendo al dogma de la Santísima Trinidad , pero, por lo demás, no se puede negar su origen mistérico.


LOS MISTERIOS: Curiosamente no es difícil toparse con datos antropológicos de este género en estudios históricos sobre el origen de las Fiestas Navideñas. Aquí los datos arrojados por la mitología comparada son arrolladores: el Mazdeísmo centrado no en su divinidad principal, Ahura Mazda, sino en Mitra, el nacimiento de Horus como la personificación del Sol Naciente, Adonis, Tammuz, Krisna, todos nacidos el 25 de diciembre coincidiendo con el solsticio de invierno. En cambio, los datos que encuentras en los estudios históricos convencionales sobre el origen de la Semana Santa no suelen ir mas allá de la mera historiografía formal: al siglo XVI, a la potenciación del culto a las imágenes como consecuencia de la Contrarreforma, al espíritu del barroco, al origen gremial de las cofradías etc . Encontré estos datos en el artículo de Jaime Alvar sobre los cultos frigios contenido en el libro “Cristianismo Primitivo y Religiones Mistéricas” (pp. 453-477 ed. Cátedra, Madrid, 1995).

En todo caso, el problema con el que nos encontramos a la hora de acceder a los datos sobre los cultos contemporáneos al cristianismo en la Roma Imperial de los primeros siglos es que tras el apogeo del cristianismo y sobre todo tras la época del Teodosio donde todos los cultos paganos son prohibidos es que no tenemos referencias directas, tan solo las que nos dejaron las crónicas de los apologistas cristianos, algunas incluso, en tono burlón, como la crónica que nos presenta Lactancio sobre las ceremonias de la Inventio Osidiris, donde el duelo se transforma en alegría porque Osiris aparece de nuevo. “Nunca se busca suficientemente a Osiris, pues siempre lo pierden, siempre lo vuelven a encontrar” Del mismo modo, se podría decir, en relación a las escenificaciones anuales de la Pasión, que “nunca resucita del todo Jesucristo, pues siempre se muere y siempre vuelve a resucitar”

En todo caso, no siempre podemos buscar una línea de transmisión de contenidos y cultos religiosos. Sabemos que los sacramentos cristianos funcionaban como rituales de iniciación a los distintos cultos mistéricos. Los mitraistas tenían un Dios análogo u homólogo a Jesucristo, Mitra, que nació de una Virgen hizo milagros, murió por el perdón de los pecados y resucitó al tercer día. Según nos informa Frazer en “la Rama Dorada” el lugar Belén estaba situado en el bosque de Adonis, significando Bethlehem “La Casa del Pan”, un nombre muy apropiado para un Dios de la Vegetación. La Madre de Attis fue Nana, una virgen, que le concibió al poner una almendra o una granada bajo su regazo. La práctica de la Eucaristía y de la Confirmación entre los paganos era interpretada por los primeros cristianos como obra de Satanás, como un plagio de sus propios rituales, etc. Los mitraistas confirmaban a sus iniciados atribuyéndoles la categoría de “Miles” (soldados) marcándoles un signo en la frente con un hierro incandescente. Puede ser que el mitraísmo podría llegar a haberse impuesto como religión oficial, su problema fue su carácter sectario, que hizo que este culto estuviera destinado exclusivamente a hombres, excluyendo a la otra mitad de la población.

Pero lo mas interesante de todo es que, al otro lado del Atlántico, los Aztecas practicaban la Eucaristía y estaban muy familiarizados con la doctrina de la Transubstanciación. Con masa de maíz hacían la figura del Dios Vitziliputzli, la consagraban los sacerdotes y, según relata Acosta los repartían y los dában a modo de comunión a todo el pueblo, quienes con emoción gritaban que comían la carne y los huesos de Dios. El relato de la concepción de Quetzalcoalt es también bastante sugerente. El Dios Cibaltonac (estrella brillante) envió un mensajero celeste a la virgen Chimalman para anunciarle que quería que ella concibiese de un modo milagroso.. Chimalman dio a luz a Quetzalcoalt, que luego sería adorado como un Dios del aire.

El Padre Giorgi, orientalista de la orden de los Agustinos, escribía en el siglo XVIII, a propósito de su estancia en el Tíbet:

“Cuando observé que este pueblo ya poseía un dios bajado del cielo (Budha), nacido de una virgen de familia real, y muerto para redimir el género humano, mi alma se turbó y permanecí muy confuso. Puedo añadir que los tibetanos contestaron los ofrecimientos de los misioneros, diciendo: ¿para qué nos vamos a convertir al cristianismo? Si ya tenemos unas creencias idénticas a las vuestras y que además son mucho mas antiguas”

SEMANA SANTA

Lo que se celebra en realidad es la Consagración de la Primavera (muy bien escenificada en el ballet de Stravinsky basado en ritos paganos rusos) y tal consgracción obedece a un ciclo de sacrificio - muerte - resurrección. Es lo que el antropólogo británico Frazer llama "sacramento de las primicias", del cual existen testimonios en todas las culturas del mundo. Nos encontramos con un sacrificio catártico cuyo objetivo es limpiar y expiar todos los pecados. En determinadas zonas de la India se enjaulaba un mono langur al que todos los habitantes de la aldea le contaban sus pecados, los pecados se transmitían al animal y sacrificándolo se producía una limpieza general y un estallido de pureza primaveral.

De la Semana Santa católica existen precedentes en los cultos mistéricos del Imperio Romano, de los cuales el mas representativo era el del dios Atis, hijo de Cibeles. Atis representaba la vegetación y todos los equinocios de primavera durante una semana tenían lugar los festivales dedicados al martirio, muerte y resurrección de dicha divinidad.

El día equivalente al Domingo de Ramos se llamaba Canna intrat. Se iniciaba con un desfile desde el Palatino de los componentes de las principales cofradías destinadas al culto del Dios Attis, los canéforos (portadores de cañas) y dendróforos (portadores de ramas) Representación de la Pasión entonando cánticos conmemorativos de la historia de Attis, cánticos que encendían los ánimos de los seguidores, lo que nos hace recordar nuestras famosas saetas.

El 16 Marzo tenían lugar las Nesteia, un día de abstinencia de pan y vino, de pescado y de carne de ave, acompañado de la meditación sobre el dolor de la Madre, se parece al viernes de Dolores.

La procesión del 22 Marzo se llamaba Arbor intrat, consistía en una Procesión en la que se sacaba el Pino Sagrado (sustituido mas tarde por la Cruz, aunque la cruz es también un símbolo que significa larga vida, como la cruz egipcia,) adornado con cintas color magenta, violetas e imágenes de Cibeles y Atis.

Al día siguiente, el 23 Marzo se celebraba el Dies Maeroris, día de luto y duelo por la caída del Joven Attis, acompañado por alaridos y golpes de timbal.. Siguiendo la tradición de la Grecia Antigua, los Sacerdotes de Marte, los Salios, desfilaban al ritmo de sus trompetas sagradas y saltaban haciendo entrechocar sus escudos ceremoniales. ¿No nos recuerdan los Romanos de las procesiones? Seguida por una gran procesión de Coribantes.

El equivalente a nuestro Viernes Santo se celebraba el 24 Marzo y se llamaba Dies Sanguinis. El Archigalli (Sumo Sacerdote) danza frenéticamente en torno al Pino Sagrado y al ritmo de los címbalos se flagela con un látigo de cuero guarnecido con pequeños huesos hasta desgarrarse la piel. Los fieles lo imitan al ritmo de un son ensordecedor: se golpean el pecho con piñas, y como ofrenda derraman su sangre en el Árbol Sagrado emanada de los cortes que se infligen en brazos y manos. Los Galli o Coribantes aprovechan esta ocasión para tomar los votos, castrándose con piedras de pedernal y ofreciendo su sangre a la diosa Cibeles. Se conmemora la aflicción de Attis, esposo y a su vez hijo de Cibeles, que se emasculó en acto de sacrificio.

El Domingo de Resurrección se celebraba el 25 Marzo y se llamaba Hilaria, fiesta de regocijo y alegría en honor a Attis, muerto como hombre y renacido esplendorosamente en el tercer día como una mujer, nueva hija de la Divina Madre Cibeles.

ATEÍSMO, RELIGIÓN Y TOLERANCIA

ATEÍSMO, RELIGIÓN Y TOLERANCIA

 

EL ATEÍSMO VERGONZANTE

 

                Cierta revista de la época de la Transición, efímera y bastante mala por cierto, llamada La Jaula, contenía entre sus apartados una entrevista a políticos y personajes públicos destacados. El cuestionario que se les presentaba venía a ser idéntico en todos los casos, siendo la pregunta de cabecera la siguiente, ¿Cree usted en Dios?. Los políticos derechistas solían contestar rotundamente un Sí, profundamente.  Algo natural, por cierto, a lo que nada cabe objetar. Lo llamativo era el complejo con el que contestaban los políticos de izquierdas no creyentes: No, pero respeto todas las creencias. Venía a ser algo así como una disculpa por no creer, dándose a entender que una respuesta negativa a secas pudiera inducir a pensar que el político ateo no respetaba creencia alguna. Cuando los creyentes se sienten amenazados arrojan siempre el mismo dardo: exijo respeto a mis creencias (generalmente, el respeto a esas creencias consiste en callar la libre expresión de los no creyentes), aunque jamás declaran de principio que respeten a los no creyentes. Parece como si no debiera existir una relación de deberes recíprocos. Si algo nos ha demostrado la historia es cómo la intolerancia y el fanatismo siempre se han alimentado de las religiones, cómo los detentadores de las verdades eternas han negado a los demás el pan y la sal, hasta la misma existencia física. La frase atribuida a Jesús: Yo soy la Verdad y la Vida, el que crea en mí se salvará ... es la máxima de la intolerancia por excelencia, la negación de la existencia a los no creyentes. El ateo acomplejado que se sintió en la obligación de añadir la coletilla pero respeto todas las creencias, pidiendo perdón por su falta de fe, prototipo del  político de la oposición de entonces, ha marcado la tendencia fundamental seguida en este campo en la Transición Española: su silencio o su permisividad ha sido cómplice de la construcción de un Estado falsamente laico, Criptoconfesional, donde el clero conservaba íntegramente sus privilegios en el sistema de enseñanza, el monopolio del culto y los resortes del dominio ideológico.

 

LOS PRIVILEGIOS DE LA IGLESIA CATÓLICA EN LA ESPAÑA DE HOY

 

1.- PRIVILEGIOS PATRIMONIALES

 

                La Iglesia Católica acumula en nuestro país un inmenso patrimonio histórico-artístico: Catedrales, Iglesias, Museos, Abadías, Monasterios, Colegiatas, Conventos, etcétera. Las grandes obras públicas medievales, - románicas y góticas - renacentistas, Barrocas y platerescas no fueron precisamente obras civiles. Fueron, en su gran mayoría, salvo los castillos o fortificaciones militares  y los palacios o moradas de reyes y nobles, obras religiosas. No se crearon obras civiles de canalización, evacuación y saneamiento hasta bien entrada la edad moderna. La actividad constructiva y creativa de la península se ha centrado básicamente en las obras religiosas destinadas al culto. Las pocas obras civiles consistentes en calzadas, explotaciones mineras, puentes y acueductos que quedaron en nuestro país se ejecutaron en la Hispania Romana[1]. La Cristiandad se apropió de la actividad constructiva y creativa de la sociedad para sus propios fines de poder, se construyeron catedrales como montañas ad maior gloriam Dei, sustrayendo de la acción civil en obras públicas útiles a la comunidad casi toda la capacidad de trabajo disponible de la colectividad. El actual patrimonio eclesiástico es, pues, producto del expolio histórico de todo un pueblo. Pero el expolio sigue adelante en esta época, se sigue sustrayendo del Estado, de la colectividad, el esfuerzo necesario para mantenerlo y conservarlo y, por si esto no fuera suficiente, se cobra al público la visita a sus museos y a ciertos monumentos como la Mezquita de Córdoba (edificada, no lo olvidemos, por una cultura y civilización distinta a la cristiana) o la Capilla Real de Granada[2]. Cuando se van a acometer obras de restauración de las iglesias de los pueblos lo primero que se dice es que la iglesia pertenece al pueblo y es tarea de este conservarla. Y aquí empieza la labor de los seglares próximos al mundo del clero: organizan rifas, venden estampitas, tómbolas, etc para recabar de la comunidad la parte de los recursos que debiera corresponder poner a la institución titular, pues ninguna iglesia es del pueblo. Quien se pare detenidamente a observar los registros de la propiedad y el catastro urbano verá quien es su auténtico dueño.

 

2.- PRIVILEGIOS FISCALES

 

                Así nos encontramos ante el vergonzoso sistema de asignación tributaria de un porcentaje de la cuota líquida del IRPF con destino al sostenimiento de la Iglesia Católica. Un sistema este doblemente engañoso, por cuanto que el cajetín a otros fines de interés social implica el destino de parte de la cuota al sostenimiento de asociaciones ligadas a la Iglesia Católica como Cáritas Diocesana y demás instituciones caritativas y asistenciales de carácter confesional y más aún cuando el porcentaje destinado a la Iglesia Católica en los Presupuestos Generales del Estado supera con mucho a las consignadas por los contribuyentes en sus respectivas declaraciones. Pero la peor trampa no es esta,  es que al contribuyente se le obliga por vía indirecta a ceder esa cantidad sin darle la opción de cederla o no cederla. A fin de cuentas a la Iglesia Católica la sostienen todos, creyentes o no creyentes, feligreses de esa Iglesia o de otras distintas.

 

3.- PRIVILEGIOS EN EL SISTEMA EDUCATIVO

 

                Del mismo modo se ha planteado la enseñanza de la Religión. Los Centros Públicos de un Estado auténticamente laico no tendrían porqué impartir catequesis de confesión religiosa alguna, para eso están sus templos y sedes parroquiales. Esa es la primera imposición confesional. La segunda, ya dentro de este anómalo sistema, es la de que no se contemple la posibilidad de no impartir nada a cambio. Pese a que, sobre el papel, se han planteado diversas actividades alternativas al estudio de un conjunto de dogmas confesionales, los centros educativos, por pura desidia docente y administrativa, ni se molestan en programarlos. La alternativa que se ofrece se pone a manos de la libre discreción de los profesores tutores, generando en muchos casos  aburrimiento en el escolar. En la práctica de los Centros Escolares no se da posibilidad alguna de elección entre las distintas ofertas establecidas legalmente que puedan, de uno u otro modo, motivar su elección como alternativas, atractivas en muchos casos, a la impartición de la enseñanza religiosa.

 

                A los ateos, materialistas y agnósticos no se nos ofrece la posibilidad de programar una asignatura alternativa en la que se les enseñe a sus hijos  cual es el fundamento social, psicológico y antropológico de toda creencia religiosa, se imparta una historia comparada de las religiones, se demuestre cómo la fe se constituye como antítesis de la razón y del pensamiento, que las cosas hay que probarlas antes de hacer afirmaciones categóricas al respecto, que hay que disfrutar al máximo de la vida sin tener que servir a señor celestial alguno, pues ya tenemos la desgracia de estar subordinados a señores terrenales, que las normas éticas no proceden del cielo sino de la tierra, etc.  Mientra unos consideran que impartir dogmas de catequesis es el medio más idóneo de contribuir al desarrollo íntegro de la personalidad de sus hijos, otros pensamos que no debemos inculcarles el dogmatismo y, ni mucho menos, convertirlos en pequeños Talibanes. Muy por el contrario, no se les debe enseñar a creer en cosas que no pueden constatar ni a tener fe ciega en nada, sino, sencillamente, lo que se les debe abrir es el camino a pensar y a razonar por sí mismos (fe y razón no se complementan, se repelen). En este contexto, una simple clase de estrategia de ajedrez pude ser infinitamente más creativa que mil clases de religión.

 

                Cara a los creyentes el Estado es respetuoso al máximo, hasta el punto de sobre-privilegiarlos. Sin embargo a los ateos y agnósticos se les ignora por completo. El sistema de enseñanza de la religión en los centros públicos podemos equipararlo al de un establecimiento donde  se dice que aquí solo se sirve chocolate y el que no quiera tomar chocolate aquí tiene la vainilla aunque no quiera tomar nada o no le guste.

 

 

RELIGIOSIDAD CIVIL Y DOBLE MORAL

 

                En este país ser creyente cristiano viene a ser sinónimo de persona decente y respetable. El no creyente, por el contrario, no es persona de fiar, es un ser carente de escrúpulos y de moral, algo así como un pervertido sin principios que no tiene el menor sentido del bien y del mal (el reaccionario Dostoievski  lo expresaba a su manera: si Dios no existe, todo está permitido, aunque también ciertos pensadores ateos, como Spinoza, vieron en la religiosidad del vulgo una garantía funcional de orden público). Por tal razón la religión civil (o sea, de fachada, el fariseísmo que, por otro lado, tanto se critica en los Evangelios) funciona tan bien en nuestro país. Es un motivo de integración en una comunidad. La mujer del César no sólo tiene que ser honrada, tiene que parecerlo. Así, los señores respetables participan activamente en la Liturgia, vestidos impecablemente, como buenos hipócritas, salen los domingos a la Iglesia con los niños de la mano, desfilan con las palmeritas el Domingo de Ramos, hacen vida social, entregan generosos donativos a la Iglesia, se ven como personas respetables libres de toda sospecha. Esa presunción de respetabilidad se la otorga directamente su vida religiosa civil. Esa fachada les permite llevar una vida privada disoluta, pudiendo con cierta discreción frecuentar burdeles, tener amantes, costear abortos en Londres a sus hijas e incluso participar en estafas. Cierta funcionaria acusada de prevaricación y cobro de comisiones ilegales en la compra del papel del BOE afirmaba airada, sin que nadie le preguntara por sus creencias sino por el asunto de marras,  que creía en Dios, esa era su coartada, ¿cómo va a pecar por las buenas un creyente temeroso de Dios? La duplicidad moral no es precisamente un fenómeno superfluo en el entarimado de la religiosidad civil practicada en nuestra sociedad. Es, todo lo contrario, piedra angular de la convivencia en el plano social. La duplicación moral es un instrumento muy conveniente para sortear los obstáculos represivos e institucionales que impone una sociedad confesional, es la otra cara de esa misma moneda. La institución eclesiástica desearía un cumplimiento a fondo de sus preceptos por parte de sus fieles y por tal razón marca modelos de comportamiento de familia cristiana (un despropósito, pues de las palabras atribuidas a Jesús en los Evangelios se desprende una total animadversión a todo tipo de institución familiar), de llevar la cruz a cuestas, de predicar con el ejemplo, etc. sabe, sin embargo, que sin las válvulas de escape, sin la doble moral, la institución se vendría abajo. El catolicismo religioso, para subsistir, tiene, a su pesar, que convivir con el catolicismo civil, es decir, con el fariseísmo y la duplicidad moral. El tipo de hipócrita farisaico que se ha forjado en esta moderna sociedad bajo el manto del catolicismo es quizá el del individuo menos de fiar imaginable que se escuda precisamente en su religiosidad formal como medio de promoción social y patente de corso para todos sus desmanes a la vez que acribilla sin piedad al agnóstico, al joven de conducta sexual relajada, a la muchacha soltera embarazada, etc.  La alta burguesía y los oligarcas de este país son el prototipo del fariseísmo civil religioso. Los oligarcas, con el cumplimiento de los preceptos eclesiásticos se sienten reforzados a sí mismos, pues eso es lo que les permite y justifica una vida rodeada de lujo, dinero, criados y abundancia.

 

LA DISCRIMINACIÓN DE LOS NO CREYENTES

 

                El ateo, el no creyente, lo tiene muy difícil en esta sociedad. Un científico de prestigio como Severo Ochoa había confesado en más de una ocasión su condición de no creyente. Eso fué suficiente motivo para que los hijos de la Inquisición lo pusieran entre las cuerdas, atosigándolo continuamente. No podían consentir que un personaje ilustre declarara públicamente su falta de fe. Recibía continuas llamadas, cartas, etc, con las que pretendían que sustituyera su descreencia por la escolástica y el fideísmo, que rehusara del error y abrazara la fe verdadera. Ochoa, agobiado, llegó a afirmar que en este país no se tolera que uno piense de forma diferente a los demás. La mejor garantía de pervivencia de una Iglesia intolerante es una sociedad civil intolerante. Se produce algo así como un desplazamiento o delegación de las instancias coercitivas de la Iglesia a la Sociedad. Cuando pasar por el aro religioso se convierte en hábito comúnmente aceptado y asumido (v.gr. El bautizo de los hijos recién nacidos[3], su catequización, el matrimonio canónico, etc) el que se niega a admitirlo se convierte automáticamente en un bicho raro, se le señala con el dedo y se le margina, incluso llega el caso, como a mí me ha pasado, de que te acusen de intolerante. Deseo para mis hijas lo mejor, una educación laica carente de los temores, traumas, complejos y sentimiento de culpabilidad que genera toda imposición religiosa a fin de que decidan libremente y con conocimiento de causa lo que quieran pensar en un futuro. Resulta que padres que no ofrecen a sus hijos más que una única opción: la del bautismo, la religión cristiana y la catequesis, tienen el descaro de acusarme de intolerante, de impedir a mis hijas acceder a otras opciones (que parece ser que no es más que la suya propia, la única verdadera), que esa forma de pensar les va a generar traumas, etc.  Lo más grave de esta sociedad civil confesional en la que estamos instalados es que apostar por el laicismo de tus hijos puede ser arriesgado en la medida en que pueda suponer para ellos un trauma, un motivo de marginación y discriminación. Algunos, ante esto,  deciden desistir: ¿qué más da?, dicen, tampoco vale la pena enfrentarse ..., y, desde este momento, ya han empezado a surtir efecto los mecanismos inquisitoriales de la sociedad civil. Lo que por un lado se hace para evitar traumas y taras psíquicas, por otro lado las produce. Sé positivamente que al final mis hijas me pedirán hacer la Primera Comunión, ese ritual de iniciación donde se convierten en el centro de atención por un día, se las disfraza de novias, se organiza un banquete por todo lo alto con fotos y recordatorios incluidos y se las atiborra de juguetes y no creo que les sirva de mucho que les explique las bases antropológicas y psicoanalíticas de la Comunión, es decir, la noción animista en virtud de la cual el consumo caníbal del corazón de un valeroso guerrero transmite su valor y fuerza a la comunidad o cómo devorar las entrañas del enemigo implica apoderarse de su fuerza, o el asesinato ritual del padre por los hijos al que luego devoran en comunión fraternal. En fin, todo sea para evitarles un trauma de algo que quisieron hacer y sin embargo no pudieron como consecuencia de una imposición represiva, y es que el poder coercitivo e inquisitorial del catolicismo civil es realmente gigantesco. Es simplemente una formalidad, un mal trago por el que hay que pasar, como el servicio militar, dirán los conformistas. No, en realidad no es eso, se trata más bien de una sutil imposición (que, a efectos prácticos, viene a ser lo mismo que las imposiciones directas y coercitivas propias de la era del nacional-catolicismo o fascio-clericalismo) de una sociedad civil profundamente intolerante que crea presiones a todos los niveles, ya sean familiares, culturales o escolares y que obliga a acatar las normas de una sociedad en materia religiosa. El acto mismo de evangelizar, de predicar la salvación del alma, excluye por definición la más mínima tolerancia, pues el creyente practicante se posiciona ante un dilema límite: tender al prójimo la mano para salvarlo o permitir que se arroje al abismo[4]. Bajo este punto de vista tolerar es sinónimo de permitir (por omisión) la condenación ajena, en suma, tolerar equivale a pecar.

 

                En la escuela a los niños les enseñan villancicos (¡es una tradición!, ¡es parte de nuestro acervo cultural!), en Navidad ven Belenes en los comercios y en la plaza de su pueblo... ¿quién puede negarse a instalar a sus hijos un Belén o a dejarles cantar villancicos en honor al nacimiento del Dios cristiano (otro engaño más de esta secta, que ha suplantado el culto al Sol por el culto a su propio Dios) a golpe de zambomba y pandereta?.

 

                Nos encontramos, por un lado, ante una Constitución que prohíbe la discriminación y, por otro, ante una sociedad efectivamente discriminadora. Vivimos en una sociedad donde difícilmente es sorteable el hecho religioso: por ser este un elemento indisociable de su tradición y cultura civil, donde se celebra oficialmente la Navidad, o sea, el nacimiento del Dios cristiano, la Asunción, la Ascensión, la Semana Santa, donde los Alcaldes no tienen el menor inconveniente en desfilar en las Procesiones vara en mano (por otra parte, negarse a ello les quitaría muchos votos), donde el Ejército tiene una Patrona a la que rinden culto y dedican misas, además de los capellanes castrenses, auténticos funcionarios confesionales. Los hospitales públicos con capillas, algunas Universidades cuentan con su respectivo Servicio de Asistencia Religiosa que en la inauguración del curso académico invitan a acudir a una misa. La inercia tradicionalista es una fuerza muy poderosa. Los familiares no suelen respetar la voluntad de los muertos,  pues de los rituales del funeral religioso no se libra nadie, haya sido o no creyente.

 

                El laicismo es, se diga lo que se diga, una ventaja, tanto para los no creyentes como para los creyentes. Pocos, muy pocos, son los declarados formalmente como católicos que practiquen al cien por cien los preceptos emanados de la Iglesia Católica pues, de hacerlo, no se produciría la tasa de divorcios y separaciones que actualmente existe (si tan solo fueran los ateos quienes se divorcian y se separan la tasa de divorcios sería casi inexistente), tampoco se usarían los métodos anticonceptivos, prohibidos por la Iglesia, la media de hijos familiar estaría por encima de diez, no tendrían lugar las relaciones sexuales extramatrimoniales, aparte de que los domingos, para la celebración de la misa, necesitarían habilitar estadios de fútbol para congregar a tanta gente. Sin embargo, mientras las prácticas prohibidas por la Iglesia están a la orden del día, no se santifican debidamente las fiestas tal y como exige el tercer mandamiento.  El Estado confesional pretérito encarcelaba a las adúlteras y penaba el consumo de anticonceptivos, algo que, afortunadamente, hoy ha sido superado. En esta línea, combatir el sistema de privilegios de una confesión específica así como sus manifestaciones criptoconfesionales en distintos órdenes debe entenderse como una lucha por la plena implantación del sistema democrático. 

 

 

LA INTOLERANCIA EN EL MEDIO CATÓLICO

               

                Nuestra sociedad es una sociedad fundamentalista religiosa. Cuando se proyectó la edificación de una Mezquita en el Albaicín de Granada, enseguida comenzaron las protestas vecinales por las molestias que les podrían ocasionar las continuas llamadas a la oración del muecín. Sin embargo, los campanarios de los templos católicos replican a diario, algunos hasta emiten notas musicales que se repiten de hora en hora sin que ello provoque la más leve queja. Cuando sacan a desfilar sus procesiones cortan el tráfico, arman mucho ruido al son del tambor y la trompeta, se cantan saetas y cubren las calles de cera, ocasionando ingentes molestias aceptadas de buen grado por la ciudadanía.

 

                El Estado laico promulga la reducción al ámbito privado de todas las confesiones religiosas. En nuestro Estado, falsamente laico, el catolicismo encuentra una auténtica proyección pública. En nuestro país no existen las festividades laicas salvo el día de la Constitución y de las distintas Comunidades Autónomas. El pistoletazo de salida de las verbenas de los pueblos lo da la celebración de la Santa Misa en honor a su Santo Patrón. Existe en el subconsciente colectivo de este país la idea de que no puede haber celebración alguna sin sustrato religioso que la motive. Ninguna ceremonia oficial, por solemne que sea, puede producirse sin hallarse previamente respaldada por una misa o una bendición episcopal. Ninguna inauguración sin bendición[5]. Mientras los católicos, airados, proclaman su fe a los cuatro vientos, los ateos, cabizbajos, callan, no quieren hacerse notar ni dar que hablar, han de ser discretos no vayan a ofender a nadie, sobre todo a aquellos que más han destacado en la historia por su capacidad de ofender, ya sea a los herejes, a los paganos, a los apóstatas, a los réprobos, a los sin-Dios, a los nefastos anticlericales como Voltaire, a la filosofía inútil y falaz, que con vanas sutilezas, están fundadas sobre la tradición de los hombres, conforme a las máximas del mundo, y no conforme a la doctrina de Jesucristo[6] . El clero cuenta con emisoras de radio, editoriales, organizaciones de todo tipo, sedes parroquiales. Sobre todo, disponen de lo más importante, de una sociedad civil apacible, ávida de rituales y cuyo amorfismo la pone en brazos de la inercia tradicionalista, de los usos y las buenas costumbres. El clero se resiste a soltar sus controles y saben que el de la educación es básico, pues el miedo, la fantasía y la sumisión solo se pueden inculcar en edades tempranas en las que no se ha producido la formación completa de la personalidad.  Sin embargo, se ve como el clero ha cambiado de estrategia. Antes, arropado por el régimen fascio-clerical, platicaba con total impunidad y alevosía contra ateos y materialistas, sabiendo  que sus voces estaban amordazadas por ese régimen terrorista careciendo, por tanto, del mas mínimo derecho de réplica. Hoy, sin embargo, su estrategia es el silencio. Conscientes de su inferioridad moral e intelectual, se repliegan ante cualquier debate contra los Sin-Dios como a ellos gusta en llamarlos.


 

 

IGLESIA CATÓLICA Y DERECHOS HUMANOS

 

                En los conventos, monasterios, abadías, etc, se agrupa a seres humanos de un mismo sexo a los que se les impide su realización plena como personas en el plano sexual y familiar, donde se reprimen sus instintos y pulsiones como medio de sujetarlos a un régimen estricto de autoridad, donde se hacinan y entierran de por vida a personas incompletas, incapacitadas para realizarse como seres humanos, en aras de un fin sublime. Pero en la lógica del sistema no existe tal violación de los derechos humanos, sino simple y puro ejercicio de la libertad religiosa. Las monjas de clausura, encerradas tras las rejas, auto-encarceladas (negación de la libertad de residencia y circulación, art 19 de la Constitución), o los monjes cartujos que tienen prohibido hablar (negación de la libertad de expresión, art 20.1. a) de la Constitución) son víctimas de un sistema inhumano. La Constitución Española dice en su artículo 10 que el libre desarrollo de la personalidad es fundamento del orden político y de la paz social y sin embargo existen miles de personas impedidas de desarrollar libremente su personalidad. En este punto se me podía objetar una cuestión antiquísima referida a la libertad, la idea de que la libertad lleva en sí misma implícita la posibilidad de rechazarla, que el acto supremo soberano, en sí mismo libre,  es el de la persona que elige la vida de célibe sin que haya sido determinada dicha decisión por una voluntad externa. Es una posición más que discutible, similar a la que cuestiona si la tolerancia se extiende a tolerar a la intolerancia. Peticiones de principio, argumentos sobre el vacío de los contenidos reales de la voluntad y decisión, como principios puros abstraídos de los  múltiples factores que intervienen en su formación y configuración, en base al principio de tolerancia - ¿acaso la tolerancia incluye la tolerancia a la intolerancia? Está fuera de toda duda que no, pues de lo contrario se tolerarían los desmanes de las bandas de Cabezas Rapadas, el apaleamiento de inmigrantes, la xenofobia, etc -, El problema de fondo radica en la noción decimonónica de Libertad, cuyo límite es la libertad del otro, sin que parezca afectar a la libertad de uno mismo. Realmente, ningún Estado Moderno observa esa máxima, disponiendo lo necesario para la defensa de la integridad del individuo incluso a pesar de sí mismo, de su propia libertad de arriesgar su seguridad e integridad física y psíquica. De no ser así, sobraría la obligatoriedad del uso del casco para motoristas y ciertos trabajadores de la mina y de la construcción, la obligatoriedad del uso del cinturón de seguridad en carretera o la misma lucha sin cuartel contra el consumo de estupefacientes o contra la acción de las llamadas sectas destructivas en las que se ingresa voluntariamente.

 

 

DEL ATEÍSMO VERGONZANTE AL ATEÍSMO MILITANTE

 

                Llegados a  este punto hay que hacer mención especial de cierto autor que, clamando solo en el desierto, se atreve a publicar un libro titulado Elogio del Ateísmo. Ya iba siendo hora de que alguien sacara a la luz la bandera del ateísmo, no el ateísmo vergonzante de quien antes de abrir la boca se ve obligado a declarar todos los respetos habidos y por haber, sino del ateísmo entendido como una postura defendible por ser inequívocamente humana, digna de respeto y admiración, como conciencia de la limitación de la existencia propia, como auto-afirmación del hombre. A fin de cuentas, la lucha por el ateísmo, contra el deísmo, ha sido siempre, a lo largo de la historia, una lucha por la libertad del hombre, contra la explotación y la opresión[7], contra los déspotas y tiranos que se legitimaban y auto-legitimaban en el mandato divino o en la Gracia de Dios como venía inscrito en las monedas del franquismo. En este país, donde el con la Iglesia nos hemos topado es algo más que una frase hecha cervantina, avalada por siglos de Inquisición y de poder desmesurado de esa institución tanto en el plano político como social, donde la Ultraderecha se alía a los Obispos a la hora de impedir proyecciones cinematográficas blasfemas (Je vous salue Marie, de Godard, creo que todo el mundo se acuerda de lo que sucedió cuando se estrenó la película) o representaciones teatrales sacrílegas e irreverentes (el grupo teatral catalán Els Joglars tiene una dilatada experiencia en ello), es necesario arriar la bandera del ateísmo. No se puede decir que hayan contribuido mucho al desarrollo intelectual de la humanidad quienes durante el Medievo se encerraron durante meses en sus Concilios para discutir acaloradamente sobre cuestiones tan trascendentales como el sexo de los ángeles, la virginidad de María o la doble naturaleza de Cristo. Todo elemento cómico encuentra su variante trágica en las miles de víctimas de réprobos y herejes que tuvieron la osadía de cuestionar tan elevados dogmas.

 

                A pesar de todo, en este punto no se puede perder el optimismo. Si bien el factor religión ha sido tan decisivo a lo largo de la historia hasta el punto que a los intentos de suprimirla pronto se han visto suplidos, apresurándose a ocupar el espacio vacante sucedáneos de toda especie ya fuesen políticos o pseudo-religiosos[8], no hay razón para desesperar. La humanidad algún día abandonará su infancia[9]. Será esa una revolución cultural decisiva, una brecha abierta en el camino hacia la libertad de los hombres, donde no quede sitio para los espacios tutelares y los mundos fantasiosos e infantiles. Ese abandono tendrá, igualmente, una repercusión política enormemente positiva, en tanto que su sustitución no tendría que implicar forzosamente su subordinación a las estructuras de un pensamiento escatológico de nuevo cuño tal y como ha sucedido en el caso del movimiento marxista. Un proyecto emancipador global nos ha de poner a salvo de cualquier Stalin que en su nombre venga a restaurar la Inquisición aunque llamada con otro nombre. Superar la religión ocupa, a mi juicio, un lugar central a la hora de articular un movimiento emancipador global, de modo que la reducción de la religiosidad al ámbito estrictamente privado puede ser un modo de esquivar la cuestión profundamente engañoso en tanto que a niveles formales o sustantivos la religiosidad psíquica sigue impregnando de contenido los mecanismos de subordinación y dominación. 

 

                La superación de la religión, de la religiosidad y del espíritu religioso no se debe concebir como la negación de los dogmas de una confesión determinada, sino como la generación de un nuevo talante ante las cosas y ante las personas, como la superación del espíritu místico (y mítico) que nutre tanto a católicos como a protestantes, a judíos, a musulmanes, a budistas, a animistas, a echadores de cartas y astrólogos. En tal contexto podemos concebir la idolatría y la mitomanía que actualmente se manifiesta ante el fútbol, ante los cantantes de moda, ante el Rock, como formas diversas de ese mismo espíritu religioso que a medida que va saliendo por la puerta, entra de nuevo por la ventana. La superación de la religión ha de entenderse genéricamente como superación del culto, ya sea a los Dioses (deísmo), ya sea al hombre abstracto (humanismo), ya sea a la naturaleza (ecologismo), ya sea a los líderes y dirigentes (carisma, culto a la personalidad), ya sea a las normas jurídicas (iusnaturalismo o positivismo), ya sea a las instituciones políticas (institucionalismo), económicas (el economicismo, la sacralización de la propiedad privada y de las leyes del mercado), en suma, como el medio más idóneo de renunciar al poder y a la sumisión así como a todos los fenómenos políticos que he ido describiendo negativamente a lo largo del presente trabajo: a los mitos, a los líderes carismáticos,  a las instituciones proveedoras, a las ideas-norma, a la participación política pasiva o delegacionista, a las verdades digeridas por las autoridades, a los conceptos abstractos como el amor (el amor, como dijera Hegel en relación a la verdad, siempre es concreto), a las palabras vacías de contenido como la libertad (abstracta, por supuesto, porque también la libertad siempre es concreta), a la obediencia debida, a la represión del placer, y, sobre todo, a los salvadores que, en nombre de futuros mundos imaginarios, acaban siempre encaminando a las sociedades a reinos donde quien realmente domina es el imperio del terror.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 



[1] El mundo pagano, barrido luego por el triunfo de la cristiandad que, a juicio de ciertos historiadores que aún tienen incrustado en el cerebro el mito del progreso, representó un avance para la humanidad, sintonizaba sin duda bastante mejor con el mundo moderno que el nuevo fanatismo oscurantista que lo vino a reemplazar. Si para incorporar a la sucesión del mundo clásico por la llegada del cristianismo  esa noción mítica del Progreso hay que falsear la historia con el fin de adaptar la realidad a los mitos, así se hace y, consecuentemente es factible inventar la leyenda de que los primeros cristianos fueron activos militantes contrarios a la esclavitud, algo que no se de donde se lo han podido sacar pues a la vista están los pronunciamientos favorables a dicha institución hechos por San Pablo en sus distintas epístolas.

[2] Las propiedades de la Iglesia Católica están exentas de tributación, a sí lo dispone el artículo 64.e) de la Ley de Haciendas Locales de 28 de diciembre de 1988, lo cual significa que el negocio es doble, o bien, que la comunidad paga 2 y más veces la tenencia de los bienes eclesiásticos. Cualquier empresario tributa sobre los locales de su negocio si es que los va a destinar a fines lucrativos. Sin embargo, el clero cobra pero no paga.

[3] Existen hoy personas, bastantes, que se encuentran en la creencia de que el bautizo de los hijos recién nacidos es algo así como un trámite civil o administrativo de carácter obligatorio.

[4]Ninguna confesión religiosa admite la libertad de elección, con independencia de las piruetas ideológicas construidas por los teólogos ad hoc para sortear este hecho: la dicotomía predestinación/libre albedrío solo puede edificarse, quiéranlo o no, limitando las facultades providentes de su Sumo Hacedor. Digan lo que digan, la infinita providencia se da de narices con la existencia misma del pecado o, dicho con otras palabras, si su dios lo ha creado todo, también ha creado el pecado (aunque solo sea a título de producto indirecto suyo), de lo que se desprende que su dios no puede ser infinitamente bueno, puesto que no es bueno todo lo creado por él. Diderot destaca a la perfección la gran paradoja del mito cristiano: Dios sacrifica a Dios para  aplacar la cólera de Dios.

[5] De todos modos, el país que se considera a sí mismo punta de lanza del mundo libre como los Estados Unidos de Norteamérica, es un estado confesional (y en realidad antidemocrático). En los juicios se obliga a los testigos a jurar decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad con la ayuda de Dios (así se ve en sus películas), los Presidentes juran su cargo sobre la Biblia y el sistema de enseñanza es confesional. Para aglutinar todas las creencias de todas las sectas religiosas del país se inventó esa ensaladilla a la que se le llama Religión Civil, que es la religión practicada por el Estado.

[6]Pablo de Tarso: Epístola a los Colosenses. Capítulo II. 8.

[7] Nos pueden inducir a engaño y a mostrar falsas esperanzas las luchas soteriológicas mantenidas por los Teólogos de la Liberación o los distintos movimientos campesinos de índole milenarista generados durante la primera mitad del presente milenio. Las ideologías liberadoras de extracción mesiánica pueden ser tan mortíferas como el propio elemento opresor, pues toda soteriología, una vez institucionalizada y constituida, a lo que tiende naturalmente es a implantar las férreas bases de su permanencia y a aniquilar la disensión en cuanto al fin programáticamente trazado.

[8] Que quede claro que al aludir a las pseudo-religiones no pretendo dar a entender que existan religiones verdaderas frente a religiones falsas. Seamos ecuánimes, todas son estructuralmente idénticas con independencia de su mayor o menor antigüedad.

[9] La fantasía infantil es, sin embargo, requisito imprescindible de la racionalidad adulta. No obstante, del adulto que  siga creyendo en los duendes, en Papa Noel y en los Reyes Magos se puede decir que tiene un grave trastorno mental o sicológico.  La humanidad en su conjunto mientras siga creyendo en Dioses y demás númenes imaginarios seguirá inevitablemente trastornada y maniatada.

 

Formulario de denuncia de símbolos religiosos en edificios públicos

D./Dña. ______________________________________________________________

con DNI. _____________________ y domicilio en _____________________________

de _________________________________ (_____________________) con teléfono ______________________ y correo electrónico _____________________________

expone los siguientes

 

HECHOS

 

1. Que el día

 

                           (detallar los símbolos existentes, su localización,…)

 

 

2. Que dicho lugar ha de ser visitado por cuantos ciudadanos/alumnos/… hayan de estudiar/realizar gestiones/ser atendidos/…

 

Por todo lo cual se DENUNCIA la existencia de tales símbolos por atentar contra la libertad de conciencia que protegen la Constitución Española y el derecho internacional de aplicación en España como la Convención de Derechos Humanos y la Carta Europea de Derechos Humanos.

 

 

FUNDAMENTOS DE DERECHO

 

a)     El derecho de toda persona y ciudadano a la libertad religiosa, art. 16, 9,1, 14, 24, 27,3 y 8 y 53.1 del a Constitución, Ley Orgánica de 5 junio 198 completándose con el artículo 9 CEDH.

 

b)    El valor o bien jurídico que protege la libertad religiosa es el rechazo de toda forma de coerción por razón de creencias religiosas. Este derecho fundamental presenta dos, una positiva, consistente en tener y manifestar las creencias uno libremente adopte, y otra negativa, consistente  en no verse obligado a declarar por las creencias, como complemento de lo anterior, la libertad religiosa comporta que el Estado debe de mantener una actitud neutral en materia de creencias, que en España, a la vista del artículo 16 de la Constitución adopta la aconfesionalidad del Estado y por tanto de todas las administraciones públicas.

 

c)       La libertad religiosa comporta por tanto en su sentido positivo una faceta subjetiva que se traduce que  cada ciudadano tendrá las creencias e ideas que estime más adecuadas sin sufrir presión o represalia alguna sin que pueda por tanto ser sancionado por ello, pero también concurre una faceta externa consistente en manifestar las propias ideas o creencias, comportarse de acuerdo con ellas, hacer proselitismo etc. Esta dimensión o faceta externa se fundamenta en la relevancia de la supraindividualidad de ideas o creencias, que se manifiesta en lo que se denomina libertad de culto. Ello no implica obligar a otros que no comparten esas mismas ideas a que tengan que soportar las manifestaciones de los anteriores de forma permanente en los espacios públicos.

 

 d)      En el presente caso, se considera que lo relevante para resolver la vulneración de la libertad religiosa se materializa en la existencia de espacios académicos/sanitarios/jurídicos/administrivos públicos de símbolos de la religión católica/musulamana/judía/evangélica, radica, por un lado en la faceta externa del derecho y concretamente de la relación con el proselitismo y exteriorización de simbología propia de la religión en cuestión, entendiendo estos como actividad deliberada de imponer y convencer del propio credo y hacer nuevos adeptos, y por otro lado, en el carácter aconfesional del Estado y el principio que consagra el artículo 14 de la C.E

 

 e)       El Tribunal Europeo de Derechos Humanos en su sentencia Kokknakis c. Grecia, de 25 mayo de 1993, ha distinguido entre proselitismo licito e ilícito, considerando ilícito el proselitismo que ofrece ventajas materiales o sociales o hace presión sobre personas en dificultad o ejerce presiones psicológicas. Por otro lado parece lógico que los símbolos que representan los actos rituales de una religión y su transposición doctrinal sintética al ámbito de los objetos, tienen un fuerte poder de proselitismo, especialmente en personas de corta edad o con voluntad e intelecto en formación, así como en personas en condiciones de vulnerabilidad por enfermedad,...

 

f)        El artículo 16 de la C.E. establece el principio de aconfesionalidad del Estado, por tanto ninguna confesión puede tener carácter estatal, o lo que es lo mismo, el Estado, no puede adherirse ni prestar su respaldo a ningún credo religioso. NO debe de existir confusión alguna entre los fines religiosos y los fines Estatales (STC 46/91). En definitiva que nadie podrá sentir, que, por los motivos religiosos, el Estado le es más próximo que a sus conciudadanos. Lo que se traduce en que en los ámbitos de actuación pública u oficial del Estado, ninguna religión tendrá carácter preferente o preponderante sobre las demás

 

g)       El artículo 14 C.E. proclama la igualdad ante la Ley de todas las personas, prohibiendo cualquier discriminación por razón de religión, lo que pone de manifiesto un núcleo de conexiones de los artículos 16 y14.

 

h)       La sentencia del Tribunal Constitucional  24/82, de 13 mayo, recurso 68/1982, dice:…”es asimismo cierto que hay dos principios básicos en nuestro sistema político, que determina la actitud del Estado hacia los fenómenos religiosos y el conjunto de relaciones entre el Estado y las iglesias y confesiones: el primero de ellos es la libertad religiosa, entendida como un derecho subjetivo de carácter fundamental que se concreta en el reconocimiento de un ámbito de libertad y de una esfera de agüere licere del individuo; el segundo es el de igualdad, proclamado por los artículos 9 y 14, del que se deduce que no es posible establecer ningún tipo de discriminación o de trato jurídico diverso de los ciudadanos en función de su ideologías o sus creencias y que debe existir un igual disfrute de la libertad religiosa por todos los ciudadanos. Dicho de otro modo el principio de libertad religiosa reconoce el derecho de los ciudadanos a actuar en este campo con plena inmunidad de coacción del Estado y de cualesquiera grupos sociales de manera que el Estado se prohíbe a sí mismo cualquiera concurrencia, junto con los ciudadanos, en calidad de sujeto de actos o de actitudes de signo religioso y el principio de igualdad, que es en consecuencia el principio de libertad en esta materia, significa que las actitudes religiosas de los sujetos de derecho  no pueden justificar diferencias  de trato jurídico” y  concluye que el principio de igualdad, que es consecuencia del de libertad en esta materia, significa que las actitudes religiosas de los sujetos no pueden justificar diferencias de trato jurídico.

 

 i)         Por tanto, en los espacios públicos ninguna religión tendrá carácter preferente, ni el Estado, ni ninguna de las Administraciones Públicas, podrá respaldar en sus actuaciones prestaciones  o fines, ningún credo ni sus símbolos, dado que el Estado es aconfensional y además lo impide el artículo14 C.E.

 

j)         Asimismo, el edificio donde se encuentran los citados símbolos, no tiene carácter privado, en tanto en cuando que es un centro educativo/sanitario/judicial/administrativo, dependiente de la administración pública.

 k)       La Ley Orgánica 7/1980 establece que el ejercicio de los derechos dimanantes de la libertad religiosa y culto, tiene como único límite, la protección del derecho de los demás al ejercicio de sus libertades públicas y derechos fundamentales, así como la salvaguardia de la seguridad, de la salud y moralidad pública, elementos constitutivos del orden público protegido por la Ley en el ámbito de una sociedad democrática.

 

l)         El Tribunal Constitucional en esta sentencia 154/2002 que el derecho a la libertad religiosa no es ilimitado o absoluto, a la vista de la incidencia que su ejercicio puede tener sobre otros titulares de derechos y bienes constitucionalmente protegidos y sobre los elementos integrantes del orden público protegido por la Ley, que conforme a los dispuesto en el artículo 16.1 de la CE, limita sus manifestaciones.

 

 m)     El Ministerio Fiscal cita en su informe la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos de 25 mayo de 1992 (Kokkinakis c/ Grecia). En esta sentencia se dice: “Procede ante todo distinguir el testimonio cristiano de proselitismo del procedimiento abusivo: el primero corresponde a la verdadera evangelización de un informe elaborado en 1956, en el marco del Consejo Ecuménico de las Iglesias, califica de misión esencia y de responsabilidad de cada cristiano y de cada iglesia. El Segundo representa la corrupción o la deformación. Puede revestir la forma de actividades que ofrecen ventajas materiales o sociales para obtener aproximación a una iglesia o que ejercen una presión abusiva sobre las personas en situación de debilidad o de necesidad, según el mismo informe.

 

n)       En España, la opción constitucional se haya en el apartado 3 de la artículo 16 de la Constitución, por el que ninguna confesión tenga carácter estatal y eso significa que el Estado o cualesquiera de las Administraciones Públicas  no puede adherirse ni prestar su respaldo a ningún credo religioso, que no debe de existir confusión alguna entre los fines religiosos y los fines estatales (STS 46/2001). La aconfensionalidad implica una visión más exigente de la libertad religiosa, pues implica la neutralidad del Estado frente a las distintas confesiones religiosas y, más en general, ante el hecho religioso. Nadie puede sentir que, por motivos religiosos, el Estado  o las Administraciones Públicas están más o menos próximas a sus conciudadanos.

 

o)       La instalación de dichos símbolos, tiene una connotación religiosa igual que lo tienen otros elementos de la religión católica y por tanto su instalación en los edificios públicos es una imposición a todos aquellos ciudadanos  que no son participes de esas ideas religiosas y a los que se les obliga a convivir con algo que va en contra de sus ideas, vulnerando por el tanto el precepto constitucional de libertad religiosa (art. 16).

 

 p)       Asimismo, la instalación de los citados símbolos en las zonas públicas del mencionado edificio es una manifestación inequívoca de que la Administración Pública se decanta a favor de la religión católica en detrimento de las otras confesiones religiosas y de las convicciones del resto de los ciudadanos que no profesan esa confesión religiosa y hace proselitismo y vulnera el principio de libertad religiosa y de la aconfesionalidad del Estado y de las diversas Administraciones Públicas

 

Añadir este apartado o similar, si se trata de belenes.

 

 q)       La actividad de “decorar tu aula con motivo de la navidad”  si en esa actividad de “tunear-decorar” el aula o espacios comunes del centro (pasillos, biblioteca, salón de actos, sala de profesores) se usan motivos religiosos se está vulnerando la laicidad del estado y los derechos fundamentales de aquellas personas que son participes de la religión católica. Dado que se obliga a esos ciudadanos a aceptar el proselitismo de la región católica.

 

 

                                                           Fecha

 

 

 

 

                                                           Firma

 

 

 

 

 

A LA AUTORIDAD RESPONSABLE DEL EDIFICIO EN CUESTION

 

 

Es conveniente enviar una copia al Director del Centro escolar, administrativo,….

y otro al órgano directivo del que dependan (Delegación Provincial, Consejería,…)

 

LA RELIGIOSIDAD EN EL JARDÍN DE LA INFANCIA

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Una consecuencia de nuestra infantilización tardía es el espíritu religioso y mágico. Deriva de nuestra componente mamífera, que genera en torno al individuo nacido en el grupo todo un espacio familiar de tutela, ayuda, socorro y protección. La presencia de la madre adquiere desde el momento mismo del nacimiento una importancia vital. La madre (y, posteriormente, el padre) se sitúan en el vértice del universo de los hijos. Atienden todas sus necesidades, los protegen del exterior, los amparan del peligro, les buscan alimento y cobijo, son providentes. El espacio que marca la presencia de los progenitores subraya los mismos límites de la realidad de los hijos, unos límites que les acompañarán a lo largo de toda su vida, en el sentido de que el mismo proceso de protección y ayuda los convierte en seres limitados que no adquieren su autosuficiencia porque permanentemente necesitan de un referente y de un sentido. Los psicólogos advierten del peligro que entraña dispensar excesiva protección al niño porque a la larga lo que se le está provocando es una mayor indefensión ante la vida y una permanente incapacidad de afrontar y resolver problemas por sí mismo. Una vez emancipados del medio familiar siguen persistiendo sus carencias, sus limitaciones, su necesidad de dependencia y  protección.

 

La solución a esta psique mutilada, a este sentido de dependencia infantil que persiste en la edad adulta, solo la pueden hallar los mismos mecanismos mentales de proyección de ese universo familiar perdido de tutela y protección, de ayuda ante el peligro y control de la incertidumbre, de consuelo ante la aflicción, de cura del dolor, que se desplazará esta vez al espacio exterior.  Solo la puede dar, en suma, el mundo religioso, mundo de mitos en el que el hombre busca y encuentra su realidad perdida, donde recuperará su infancia, esa época de seguridad añorada de la que no quiere porque no puede escapar. Aunque no lo advierta ni lo acepte conscientemente, el creyente que, en un momento de desesperación exclama: “¡Ay, dios mío!”, actúa igual que un niño pequeño, que cuando se ve desamparado o ante una situación de peligro llama a sus padres, grita “¡Papá! ¡Mamá!” El catolicismo ha creado toda una familia donde sus fieles son hermanos entre sí, son “hijos de dios” (Padre nuestro que estás en los cielos...) y además tienen una Madre también.

 

Según dicen, recientemente hubo una encuesta en Francia sobre la fe en dios, y una gran mayoría ha declarado que no cree en su existencia porque si dios existiera no consentiría que ocurrieran tantas catástrofes y calamidades. En realidad lo que los encuestados han puesto en duda no es la fundamentación ontológica y existencial de sí mismos y del Universo. No, lo que los encuestados han declarado es que han perdido su fe en el padre previsor y protector y por tanto lo han destronado. Sus más íntimos deseos de paternidad protectora y consoladora se han desmoronado a la vista de los acontecimientos. Precisamente en previsión de los efectos devastadores de la fe en el padre, el cristianismo le dió un hijo al que martirizó por el bien de todos.

 

            La gran paradoja de todo espíritu religioso estriba en su capacidad de armonizar el infantilismo con las instancias represivas

 

Juan Pablo II

Juan Pablo II

Para apartarme de las hagiografías oficiales abro este nuevo post sobre lo que supuso el pontificado de Juan Pablo II en los últimos 25 años.

Para mí, obviamente, no es el gran hombre que nos quieren dibujar, aunque para la Iglesia, y su sucesor, es algo mas que un gran hombre, es un Santo en construcción, un hombre ungido por la divinidad prácticamente.

Desde luego hay que reconocerle sus méritos. Fue un habil estratega y un político inteligente que supo, en todo momento, cuales fueron las necesidades de la institución a la que sirvió y sus resultados fueron notablemente satisfactorios.

No se si llegó a estudiar el Príncipe de Maquiavelo, aunque, de hecho bien que lo puso en práctica. Supo dar una de cal y otra de arena y, si puso en práctica una máxima fue esa: el fin justifica los medios.

Y, siendo el fin la pervivencia de la Iglesia y la aniquilación de su principal amenaza, el comunismo ateo, no dudó en llegar hasta las mismas alcantarillas y para ello puso en funcionamiento una oscura trama mafiosa-financiera entre el Banco Ambrosiano, Gelli, el Jefe de la Logia P2, el Opus Dei y la CIA encaminada a operaciones de blanqueo de dinero, bajo el conveniente sello del Vaticano para su desvío ulterior a la financiación de operaciones terroristas de la ultraderecha en latinoamérica y, en general, en todo el Tercer Mundo, dirigido por el entonces llamado Banquero de Dios, Monseñor Marcinkus.

El sospechoso "suicidio" del banquero Calvi apunta en dirección a la jerarquía eclesiástica y, en primer término, al Papa de la corrupción, Juan Pablo II. Igualmente, la sospechosa y repentina muerte de su antecesor en el cargo, Albino Luciani, apunta en dirección a Wojtyla y a los intereses que el mismo representaba.

Bajo Juan Pablo II el Opus alcanza la mayor proyección política de su historia. EL Opus Dei saca de la quiebra literalmente las finanzas vaticanas e interviene directamente en la financiación del sisdicato polaco Solidarnosc así como al hombre de Wojtyla en Polonia, Lech Walesa.

El Opus obtiene, como compensación, una prelatura personal del Vaticano así como la beatificación y canonización en tiempo record de su fundador. Aunque parezca una historia de emperadores romanos y la Iglesia, al fin y al cabo, es su heredera, ese Papa construye en torno suyo una guardia pretoriana formada por influyentes miembros del Opus Dei como Navarro Valls y Martínez Somalo que son los que diseñan los rasgos de su política.

No podemos pasar por alto, por supuesto, su amor a los dictadores ultraderechistas y aquí lo vemos en plena compenetración con Augusto Pinochet.


Sobre las alcantarillas nos encontramos con la otra proyección de Juan Pablo II, la de un Papa populista que conoce todos los resortes del histrionismo (de algo había de servirle su antigua afición al teatro) y la venta pública de su imagen.

 

uan Pablo II se da cuenta muy pronto que un frente olvidado por sus antecesores y del cual podía obtener una amplia ventaja política es el de la superstición y la santería. La política de canonizaciones, paralizada por su antecesor Pablo VI, se reactiva nuevamente. Incluso los requisitos para la beatificación y canonización se flexibilizan y simplifican.

Bajo su pontificado celebra 147 ceremonias de beatificación donde proclama 1.338 beatosy 51 ceremonias de canonización, con un total de 482 santos, es decir, como para llenar varios almanaques. Pone sus miras en la Guerra Civil española donde encuentra un buen filón y, por supuesto, mira hacia Latinoamérica.

Descubre que en Latinoamérica amenaza, desde las filas del propio catolicismo, la Teología de la Liberación, que pronto se encarga de condenar, reduciendo al silencio a Boff e incluso recibiendo de malos modos a Monseñor Romero de El Salvador, para el un aliado objetivo del comunismo en un momento en que toda su actividad estaba dirigida a derrotar el diablo rojo en su Polonia natal.

La otra amenaza que se cierne desde América Latina es la del protestantismo evangélico, que pronto obtiene su hegemonía en regiones como Guatemala y que poco a poco tiende a desplazar el predominio católico. Necesita como sea reactivar la santería y la superstición popular.

Para ello llega al punto de canonizar a alguien que nunca existió como al indio Juan Diego, hipotético primer visionario de la Virgen de Guadalupe en plena conquista de América y fomenta como ninguno el folklore religioso. Aquí mismo en España, sin ir mas lejos, visita la Aldea del Rocío bendiciendo esa orgía de señoritos andaluces a la que llaman Romería del Rocío.

Visita a la anticomunista Virgen de nuestro país vecino así como a la otra Virgen curanderá del Sur de Francia, recobrando así las tradicionales señas de identidad del catolicismo: la veneración mariana.

EN este curioso contexto de santificación de la superstición y la superchería y en su peculiar y maquiavélica política de dar una de cal y otra de arena se atreve a rehabilitar a Galileo Galilei (como si le sirviera de algo) así como a apuntarse, aunque con condiciones, naturalmente, a la vanguardia de la ciencia y la tecnología, no sin antes condenar con rotundidad la investigación en clonación terapéutica, embriología, etc.

¿Fue un Papa progresista, un papa innovador, un reaccionario?

Ni una cosa ni otra. Fue, simplemente, un Papa, un digno sucesor del Imperio Romano, de las intrigas de la Casa Imperial, de las camarilas, de las conspiraciones, de los envenenamientos, fue un digno sucesor de otros que calzaron las llamadas "sandalias del pescador", como el Papa Borgia.

Como buen emperador, se montaba sus circos mediáticos con baños de multitudes, donde era aclamado por la plebe.

Como buen emperador, fue maestro de la intriga, de la conspiración y del manejo de los resortes que le aseguraban la perpetuación en el poder.

Cambió la Curia y la hizo a su imagen y semejanza y la familia opusdeísta fue encumbrada como nunca, a la par que machacó a sus grandes enemigos externos, la europa comunista y machacó a sus enemigos internos, jesuitas y defensores de la Teología de la Liberación.

Fue, como se dice, un Papa de nuestro tiempo: saneó las cuentas vaticanas mediante operaciones oscuras en las que se involucraban la mafia italiana, la Cosa Nostra italoamericana, la masonería de la Logia P2 y la CIA a la par que entregaba el poder al todopoderoso Opus Dei.

Albino Luciani y su deseo de limpiar la cloaca vaticana pasó a la historia para siempre.

Salud